Por primera vez una telenovela de TelevisaUnivision contara con una secuela que reúne a su elenco original después de 10 años, estamos hablando de La segunda temporada de Corona de lágrimas, que este lunes se estrena en México a las 6:30 de la tarde por Las Estrellas. «Es la primera vez que me pasa esto», expresó emocionada su protagonista, Victoria Ruffo, durante la presentación a medios de comunicación del melodrama. «Yo la verdad nunca lo había visto esto que está sucediendo en una novela, que después de 10 años te vuelvas a juntar, que esté todo el equipo, que esté todo el reparto, que estemos juntos después de 10 años».
En realidad, el deseo de los actores de seguir desarrollando esta historia estuvo patente desde antes de que finalizaran las grabaciones de la primera parte en 2012.
Para Alejandro Nones, quien da vida a Patricio, poder tener la oportunidad de contar qué pasó con estos personajes 10 años después es simplemente un regalo de la vida que no para de agradecerlo.
En esta segunda parte, Patricio, Edmundo e Ignacio enfrentarán nuevas problemáticas propias de la construcción de una vida independiente.
Aunque aún no hay nada decidido, el productor de la telenovela no descarta que Corona de lágrimas pueda tener una tercera temporada. «Creo que es una franquicia fuerte, es sólida como imagen, como contenido. Habría que ver cómo es el desenlace que va teniendo ahorita esta etapa de la familia», aseveró. «Pero espero que no sea en 10 años», agregó entre risas.
¿De que tratara?
Han pasado diez años desde que Rómulo Ancira fue puesto en prisión debido a los crímenes que cometió. Desde entonces, la familia Chavero ha sorteado la vida y sobrellevado las consecuencias de sus buenas y malas decisiones.
La partida de Olga a España, junto a Mercedes, su madre, las ha separado por completo de los Chavero, aun así, las cosas poco a poco han ido tomando su nivel y su lugar para todos.
Refugio logró rehacer su vida al lado del honesto y galante juez Julián Corona, tienen diez años casados y han logrado un sólido matrimonio, lleno de amor y devoción. Tienen su hogar en Coyoacán, el cual comparten con Patricio, su hijo más grande, pues por su trabajo tiene que salir de viaje con frecuencia y Refugio no quiere que su nieta, a quién llaman Petita de cariño, esté sola o al cuidado de extraños.
Petita adora a su papá y a su abuela, a quien llama mamá Cuquita, además considera a Julián como su abuelo. Conforme han pasado los años, a la niña se le ha hecho una obsesión conocer a Olga, su madre, a quien nunca volvió a ver desde que se fue a España y la dejó bajo la tutela de Patricio, su padre.
Cuando las autoridades desmantelan el bufete Ancira, los abogados que ahí trabajaban tienen que dar cuentas a la justicia, por lo que Patricio recibió como pena la suspensión de su cédula profesional durante diez años. Impedido para litigar, desde entonces ha sobrevivido dando asesoría legal a pequeñas empresas, lo que le impide pasar más tiempo con su hija, a la que adora, y cuyo amor lo redime de sus errores del pasado.
Edmundo vive con su adorada esposa Lucero en la que era la casa de Julieta. La suerte no le sonríe al segundo hijo de Refugio pues, por sus antecedentes delictivos, sólo consigue trabajos eventuales; esto genera conflictos con Julieta, su suegra, quien lamenta las estrecheces económicas que su hija padece a su lado. Sumado a que, años atrás, perdieron al hijo que esperaban por culpa de un ataque criminal dirigido a Edmundo. Sólo el amor que se tienen, a pesar de todo, los ha hecho permanecer unidos.
Por su parte, Ignacio vivió un tiempo en Italia con Chelito, su novia, pero poco a poco la nueva profesión de ella y los estudios de él los separan y enfrían su relación; al final, terminan y Nacho regresa a México, sin importarle dejar trunca su carrera de ingeniero. Ignacio continúa trabajando para doña Martina en una nueva refaccionaria que ella adquiere con la herencia de Isaías, su padre. Nachito, como siempre, es el hijo más amoroso de Refugio y vive al pendiente de su madre.
Julián Corona hace un inesperado viaje a Ensenada, donde viven sus hijos Renato y Rebeca, producto de su primer matrimonio. Tras varios días sin saber de nada de su esposo, Refugio viaja a Ensenada para descubrir la dolorosa noticia que Julián fallece en extrañas circunstancias.
A partir de entonces, la vida de Refugio da un giro, pues además de afrontar la pérdida de su esposo; Diana, la ex esposa de Julián, le informa que Julián heredó a sus hijos la casa en la que vive. Sin ánimo de contradecir la última voluntad de su esposo, Refugio decide entregar la casa a los mellizos y volver a la vecindad, donde vivió antes de conocer al juez.
Mientras tanto, en Madrid, Olga cuida de Mercedes, a quien aqueja una grave enfermedad, un cáncer que amenaza con terminar su vida. Inesperadamente, Mercedes le pide complacerla con un último deseo: ver de nuevo a su nieta antes de morir. La sola idea de volver a enfrentarse al pasado y contactar a Patricio, reactivan en Olga su condición bipolar. Olga es novia de Íñigo, un madrileño, hijo de una familia de abolengo venida a menos, quien desea acompañarla en el viaje para traer a su hija a España.
Paralelo a esto, Patricio recién se compromete con Fernanda y próximamente se casarán. En tanto, los planes de Olga desestabilizan su vida y sus proyectos, pero a la vez desea que su hija pueda por fin conocerla, aunque tiene temores de lo que pueda resultar de ese encuentro.
Refugio sigue siendo una fortaleza incondicional para sus hijos, que en esta etapa de sus vidas enfrentan nuevos retos y conflictos, pero el amor y solidaridad de la familia Chavero, y muy en especial el ejemplo de Refugio, los habrá de unir en un solo esfuerzo cuando tengan que enfrentarse nuevamente a Rómulo Ancira, quien burla a la justicia mediante trampas e influencias; primero consigue su libertad condicional y luego su exoneración. Rómulo tiene como objetivo recuperar prestigio y fortuna, pero igualmente vengarse de Patricio, pues 10 años de prisión lo han llevado a acumular suficiente odio y rencor en su contra.
Con el riesgo que representa la inminente venganza de Rómulo para la seguridad y la felicidad de su adorada nieta, Refugio se crece ante los infortunios, decidida a proteger a sus hijos, y en especial a Petita, lo que se vuelve crucial cuando Patricio resulta ser pieza clave en el nuevo juicio en contra de Rómulo.
Una vez más, Refugio enfrentará con decisión y entereza los sufrimientos y sacrificios que implica ser madre, pero igualmente gozará de las alegrías y satisfacciones que conlleva su triunfo contra la adversidad.